Hay dos errores muy comunes que hacen que tu café quede amargo.
El primero es comprar café comercial. El cual tiene un tueste muy alto que resalta los sabores amargos y esconde los atributos del café. Esto pasa porque el tueste prolongado carameliza los azúcares naturales del café, intensificando los compuestos amargos y ocultando la complejidad de sabores que caracterizan un buen café. Lo que lleva a tener que agregarle azúcar cada vez que lo consumimos, por su amargor.
En cambio si se consume café especial, éste está preparado con un tueste medio. Se tuesta con cuidado resaltando el equilibrio entre la acidez, dulzura y amargor. El cual se ve color café, a diferencia del comercial que termina por ser de un color oscuro.
El segundo es que la preparación es fundamental para su sabor. Generalmente se sobre extrae el café y esto también genera sabores amargos. Y en esto interfieren su molienda, la cantidad de café, el tiempo o la temperatura del agua.
Una extracción excesiva, donde el agua pasa demasiado tiempo en contacto con el café molido, provoca la liberación de compuestos amargos que opacan el sabor general.
Al entender los factores que influyen en el sabor y adoptar las prácticas adecuadas de preparación, se puede disfrutar de una taza de café de calidad.
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